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Cualquier niño ha querido que su juguete favorito cobre vida. Pero quizá ya de adulto no tenga los mismos deseos y menos si se trata de alguien que creció en los 80 y supo de un muñeco de apariencia inocente que funciona sin baterías, tiene el pelo rojo, usa braga azul y responde al nombre de Chucky.Cuandola familia Piers recibe por error un paquete que contiene un muñeco parlante,Sarah, la madre de Nica (Fiona Dourif) decide botarlo a la basura, pero la niñalo recupera porque quedó ilusionada con la idea de tener un compañero de juegosy de sueño. A la mañana siguiente Sarah es hallada muerta, supuesta mente porcometer suicidio. Será el inicio de una época de terror cuyo origen ningunosospechará.
Don Mancini trae de vuelta a un ícono del terror con La maldición de Chucky, no una secuela se las entregas anteriores,sino una nueva cara, más perversa, del muñeco que, en lugar de cautivar,arrancó los gritos de una generación. Esta vez la inocencia no esconde sólo maldad sino un secreto. La historia es un giro completo, una vuelta a los orígenes, a una vieja amistad donde se espera el ¿definitivo final?
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